Eulo y Nico (1959 - 1989)

Retrato de Eulo y Nico, por Jontra

Todavía trabajando en el bar viejo, y previendo la cercana demolición de la casa familiar, Eulo y Nico trasladaron su negocio unos metros, hasta su emplazamiento actual.

Así, a finales del año 1959 reabrió sus puertas el bar, ahora llamado Bolivar como recuerdo al barrio de Eskoriatza de donde procedía Nico, y donde formalizaron su casamiento un buen día de enero del año 46.

En un principio Eulo y Nico siguieron trabajando un tiempo en el bar viejo, mientras el Bolivar lo llevaba Sebastián Cortazar. Una vez cerrado el bar Viejo, Eulo y Nico se pusieron a trabajar en el Bolivar, para no dejarlo hasta su jubilación.

Como suele suceder en estos negocios familiares, los tres hijos del matrimonio tuvieron que arrimar el hombro en muchas ocasiones, trabajando Angelines en la cocina, y Pablo y Javi atendiendo la barra.

El Bar Bolivar se inauguró en el invierno de 1959, cerca de fin de año. Con él se abrieron otros tres bares en un corto espacio de tiempo, que conformaron la dotación de establecimientos de nueva generación que dotaron a un Deusto, en la zona de San Pedro, de una nueva categoría de bares. Antes que el Bolivar, abrió el Artea en Lehendakari Agirre,llamada antes Avenida del Ejército, detalles de la anterior gloriosa época del Generalísimo, Q.E.P.D. Tras el Artea re-abrió el Bolívar en su nuevo y acutal emplazamiento, a continuación el Solmar en Avenida de Madariaga y finalmente el Etxepe en la calle Rafaela de Ibarra, enfrente del Bolívar.

Estos bares, en un Deusto en desarrollo, construcción y poblamiento estableció una ruta de poteo que se establecía con diversas variantes, de la siguiente forma. Empezando por Ramón y Cajal, bar de Juanjo (hijo de Angel "el pastelero") (donde ahora está el Izeki); el Santi, al que llamábamos "la pinacoteca" porque tenía algún cuadro de tema animal en el que las cuatro patas del ciervo parecían pertenecer a animales diferentes; el bar La viuda, más arriba de Ramón y Cajal, llevaba a los poteadores a Luzarra; el Atxuri, Achuri anteriormente y Torróntegui llevaban a un bar situado el Lehendakari Agirre, alargado, junto a la entrada de una sala de juegos propiedad de Pomposo y de cuyo nombre no me acuerdo. Después de pasar la Avenida tocaban el Artea, Bolívar, Etxepe y Solmar. Algunos, en función de su residencia continuaban por Avenida de Madariaga o bajaban por Rafaela de Ibarra para aprovechar el Iraurgui.

Al abrir el Bolívar Eulo y Nico seguían trabajando en el Bar Viejo, así que los primeros años estuvieron regentando el Bolívar, Sebastián Cortazar (que luego se casaría con la tía Luisa, hermana de Nico), y la hermana de Sebas, Edurne. Cuando cerraron el Bar Viejo, Eulo y Nico se trasladaron al Bolívar y lo llevaron con Sebas y un camarero delgadito que (creo recordar) se llamaba Jesús. Años más tarde, también trabajó como camarero Pepe, un chaval de 16 años, uno ochenta de altura y bastantes kilos. Era Pepe de Arnedillo (La Rioja). En este pueblo su familia regentaba un balneario, así que Pepe trabajaba en el Bolívar durante los meses de otoño hasta comienzos de verano, cuando volvía a Arnedillo para trabajar durante el verano en el balneario familar.

Volviendo al Bolivar de los 60, la infraestructura y dotación de maquinaria de apoyo y trabajo eran muy inferiores a los de hoy en día. Había una cámara frigorífica hecha a medida y que estaba en el frontal de la cocina como separación de esta con la barra. Tenía tres puertas de madera. A la entrada del mostrador, pasando las dos puertas batientes, a su derecha, había dos "fresqueras". Dos cubículos forrados de plomo y que se usaban para enfriar el vino del txikiteo y los refrescos, como complemento a la cámara eléctrica. Para conseguir el frío, todos los días venía el "hielero" y que tras pegarle cuatro martillazos metía la barra de hielo en las dos fresqueras. No había más adelantos tecnológicos que la cafetera y más adelante la cerveza de barril. La cocina era la expresión de la sencillez y cuesta creer la inmensa cantidad de tortillas de patatas, triángulos vegetales y variados pintxos que pudieron salir de ella. Sin ninguna duda la capacidad de trabajo y sacrificio de Nico posibilitaron esa realidad. Otra de las especialidades en que destacó el Bar eran la rabas de fines de semana. Recuerdo que a Angelines le tocó unas buenas sesiones de trabajo. Los fines de semana eran muy diferentes. Aún no se había popularizado el coche ni la segunda vivienda en propiedad o alquiler; así que la gente pasaba el fin de semana en Bilbao y (sobre todo los domingos después de las misas de doce y una) había unos fuertes golpes de trabajo que se alargaban hasta las tres y media o cuatro. Por entonces los partidos del Athletic eran siempre a las 5 de la tarde, así que los días de partido, despues de las rabas, se ponían 20 ó 30 platillos para el café a todo lo largo de la barra. Antes de ir a San Mamés, la gente paraba a tomar café completo (café copa y puro) y después, a traves del puente de Deusto o el bote de Botica Vieja, se acercaba al campo.

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Bar Bolivar • Rafaela Ybarra, 27 • 48014 • Deusto (Bilbao)

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